Fuera del casco urbano de la villa, nos encontramos en la falda del monte Irimo, un palacio rural, la Casa Palacio de los Ipeñarrieta, mandado construir en 1605 por D. Cristóbal de Ipeñarrieta junto al viejo y modesto caserío familiar.
Se trata de un edificio de planta rectangular sobre el que sobresale un cuerpo central correspondiente a la caja de escaleras; en torno a ella se distribuyen las habitaciones. En cuanto a decoración, las dos plantas de que consta el palacio repiten los esquemas de austeridad de los otros palacios.
La planta noble muestra los escudos familiares en mármol blanco de Carrara y el lema: "Soli deo honor et gloria".